Se impone, más que nunca, el rigor crítico para desvelar falsas legitimaciones, los nexos artificiales que se establecen entre pasado y presente. Por lo pronto, se trata de penetrar en las entrañas de la construcción de los mitos. Estos nacen y mueren en función de lógicas históricas e ideológicas. La misión del historiador es separar el grano de la cizaña. Los mitos no deben ser otra cosa que objetos históricos en sí mismos examinados bajo el prisma de la razón y desde la exigencia de la honestidad. Se trata de demostrar su relativismo histórico, la multiplicidad de lecturas funcionales que ofrecen a lo largo del tiempo y en función de la identidad de sus intérpretes.

Ricardo García Cárcel en La herencia del pasado. Premio Nacional de Historia (2012)

... nuestro destino era PRESTAR ATENCIÓN Y DESCANSAR en cada una de las minúsculas revelaciones que se habían ido abriendo a nuestro paso; cada una de las cuales, a su vez, nos aconsejaba no buscar ningún destino, ni mucho menos un destino feliz. Sólo de ese modo se lucha contra la asfixia y la angustia del tiempo y del dueño de la cortinilla; prestando atención a lo que se ENCUENTRA, y no a lo que se BUSCA.

Félix de Azúa en Historia de un idiota contada por él mismo (1986)

Cuando el saber se especializa, crece el volumen total de la cultura. Ésta es la ilusión y consuelo de los especialistas. ¡Lo que sabemos entre todos! Oh, eso es lo que no sabe nadie!

Antonio Machado en Juan de Mairena (1936)

History has many cunning passages, contrived corridors
And issues, deceives with whispering ambitions,
Guides us by vanities

T. S. Eliot en Gerontion (1920)


viernes, 7 de junio de 2013

Nota rápida sobre el tricentenario de 1714

Copio la noticia aparecida hoy en EL PAÍS

La Generalitat organiza un simposio titulado ‘España contra Cataluña’

Las jornadas se centran en describir la “represión” que ha sufrido la comunidad desde 1714

Una conferencia lleva el lema: ‘La apoteosis del expolio: siglo XXI’

El Centro de Historia Contemporánea de Cataluña, que depende del Departamento de Presidencia de la Generalitat, ha organizado para el 12, 13 y 14 de diciembre un simposio bajo el elocuente título España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014), que ha suscitado críticas de historiadores al considerar que parte de una visión sesgada. El simposio se inscribe en los fastos que está organizando de forma minuciosa el Gobierno catalán para conmemorar el próximo año el 300 aniversario de 1714, en el que se produjo la caída de Barcelona a manos de las tropas de Felipe V, con la aspiración de que culmine en la consulta soberanista.
La primera circular del programa de las jornadas establece que su objetivo es analizar de forma transversal la acción política “casi siempre represiva” del Estado español hacia Cataluña y que los ponentes tratarán las condiciones de “opresión nacional que ha sufrido el pueblo catalán a lo largo de estos siglos”. El simposio se divide en cuatro bloques temáticos que repasarán la relación entre España y Cataluña a lo largo de 300 años. El primero versará sobre la represión institucional política y administrativa; el segundo, sobre la represión económica y social; el tercero, sobre la represión cultural y lingüística, y el último tratará sobre el exilio. Las conferencias las dictarán profesores de Historia y de Economía de las Universidades catalanas.
Los fastos para conmemorar 1714 se han convertido en uno de los ejes del mandato de Artur Mas. La conmemoración se iniciará durante la próxima Diada con la inauguración del antiguo mercado del Born, conocido en círculos nacionalistas como zona cero de Cataluña, donde se encontraron restos de casas arrasadas por las tropas borbónicas. Durante la solemne presentación de los fastos, en abril pasado, el propio Mas defendió que la efeméride es una oportunidad histórica para difundir la reivindicación soberanista en el extranjero e instó a los ciudadanos a pasar de tener “sentido de país” a “sentido de Estado”. Tras decir que la celebración no pretende ir “contra nadie”, apuntó: “Dicen que la historia la escriben los vencedores. Pues convirtámonos nosotros esta vez en vencedores no con nuestras mejores armas sino con nuestras mejores cartas: democracia, espíritu pacífico y anhelo de libertad”. En su discurso, Mas afirmó que la relación entre Cataluña y España en estos 300 años ha sido de “conflicto permanente” y criticó la cultura “castellana y española de imposición” frente a la voluntad “pactista” de los catalanes.
Las ponencias tienen títulos tan llamativos como La apoteosis del expolio: siglo XXI, que será dictada por Núria Bosch, catedrática de Economía Pública de la Universidad de Barcelona y exasesora del Gobierno tripartito. O España contra el País Valenciano, realizada por Antoni Furió, catedrático de Historia Medieval de Valencia. Joaquim Nadal, exconsejero socialista con José Montilla, y catedrático de Historia, pronunciará la conferencia El catastro: el arranque del expolio económico: siglo XVIII. O la conferencia La falsificación de la historia, de Francesc Roca, profesor de Política Económica de la Universidad de Barcelona. La lección inaugural, titulada España y Cataluña, 300 años de conflicto político, ha sido encargada a Josep Fontana, catedrático emérito de la Pompeu Fabra, y clausurará las jornadas Salvador Cardús, catedrático de Ciencia Política de la Autónoma, con la conferencia La humillación como desencadenante de la eclosión independentista.
Jaume Sobrequés, director del Centro de Historia Contemporánea, exdiputado socialista y ya desvinculado de ese partido, defendió ayer la concepción de las jornadas al asegurar que se habían organizado con un absoluto “rigor científico y académico”. “El título España contra Cataluña: una mirada histórica es genérico. Al término de la Guerra de Secesión de 1714, se genera una unidad política con un solo Rey que abolió las instituciones de Cataluña, Valencia, Aragón... Y es entonces cuando empieza esa represión”. Sobrequés negó que el punto de salida sea ya claramente partidista y se basó en este argumento: “La defensa de Cataluña no puede serlo porque nos afecta a todos. La historia no es una ciencia aséptica ni tampoco lo somos los historiadores. Se puede partir de un compromiso”.
A su juicio, el enfoque de la represión que supuestamente ha sufrido Cataluña en estos últimos 300 años por parte de los sucesivos Gobiernos o regímenes de España está más que justificado. “Es que es una óptica científica. Es una realidad rigurosa que se analizará con todos los matices. No existe la menor duda de que ha existido un expolio ¿O es que no lo hay ahora? O la represión derogando instituciones, persiguiendo la cultura catalana o la lengua hasta ahora mismo con la ley Wert”, dijo, en referencia al proyecto impulsado por el ministro de Educación y criticado por todas las fuerzas políticas catalanas —salvo el PP y Ciutadans— por intentar acabar con la inmersión lingüística.
Sobrequés agregó que han querido incluir una ponencia sobre España contra el País Valenciano por la represión que sufrieron sus ciudadanos desde la derogación de la Generalitat por Felipe V, la prohibición de su idioma o la persecución durante el franquismo. El simposio se celebrará en el Institut d'Estudis Catalans y está previsto que asistan un centenar largo de historiadores. Todos son catalanes o valencianos. “Los catalanes son los que han estudiado con más rigor estos temas. Y los que hemos invitado son los mejores”, señaló. “Todos los participantes son doctores y profesores de Historia. Es de un españolismo recalcitrante que se descalifique a los ponentes”. Y acabó asegurando que Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán, del que depende orgánicamente, no le había dado consigna alguna. “La responsabilidad es mía. Tanto en el mérito como en el demérito. Y es más: Homs ni siquiera ha sido informado”.
La inauguración de los fastos de 1714 se celebrará en esta Diada en el reformado Mercat del Born, donde hace años se hallaron restos de unas casas arrasadas por la Guerra de Secesión cuando se estaba construyendo una biblioteca. Las obras han durado un decenio. La idea del Ejecutivo catalán es que el recinto disponga de un mástil de 1.714 centímetros, jugando con las cifras de la fecha histórica, para que ondee la senyera todo el año. El Gobierno catalán invertirá un millón de euros en el evento. El simposio de los historiadores cuenta con un presupuesto de 8.000 euros.
De entre las cosas más horrorosas que pasan en los estudios de humanidades en la universidad, una de las más detestables y frecuentes es su carácter tautológico. El estudio de un determinado tema se justifica porque alguien en algún sitio ha empezado a estudiarlo y hay que justificar su sueldo y sus ayudas. Por este motivo uso el término “tautológico”: se estudia la política internacional de Carlos V, porque la política internacional de Carlos V se estudia. Empiezan a desarrollarse congresos y tesis, muy productivos y muy interesantes, claro que sí, pero la motivación ulterior no es otra que de dar la talla frente a unos sistemas evaluadores que demandan resultados inmediatos para poder justificar la existencia. Entonces, todo entra de una lógica alienante donde hay que rendir cuentas a actas, encuestas y comisiones kafkianas, con el objetivo de poder mantener lo que ya se ha iniciado. No se me ocurren muchas alternativas, pero esto conduce por un lado a la formación de “capillitas” y por otro al aislamiento con la sociedad. La primera se da porque como todo el mundo está ocupado por salvar y cuidar su parcelita, nadie tiene tiempo o incentivos para levantar la vista, leer otras disciplinas afines y ampliar sus horizontes metodológicos y epistemológicos. La segunda se da porque como todo el mundo está muy ocupado en lo suyo, hacer buena divulgación aparece como una tarea complicadísima y que requiere una inversión de energía demasiado alta que luego no repercutirá en el sostenimiento de su parcelita (más bien, puede hasta perjudicarle). Por esto, no debería extrañarnos que en las controversias públicas sobre temas filosóficos o historiográficos sean tan contadas y tan mediocres las intervenciones de los verdaderos profesionales, que están llevando a cabo su trabajo lo mejor que pueden en la universidad. No tienen tiempo, no tienen dinero y por tanto es muy difícil que tengan ganas. 
De este modo, a mí no me extraña que lo que está pasando con el tricentenario de 1714 sea tan despreciable. No me preocupa tanto el “uso” que le vaya a dar la Generalitat. Todos los gobiernos y estados del planeta Tierra tienen el derecho de hacer lo que les dé la gana con su pasado. El pasado es, ha sido y será siempre una fuente de legitimidad política. Lo que a mi preocupa es la lentitud y pequeñez de la reacción de los historiadores que hacen su trabajo, cómo algunos optan por "apuntarse al carro" de las conmemoraciones y cómo algunos guardan un silencio ensordecedor. En resumen, no debería molestarnos que los políticos organicen un show (lo montan cada día), lo que debería preocuparnos son los que acceden a participar en el show y los que no hacen nada por evitarlo. Por mi parte, creo que lo mejor que puede hacerse es un “contrasimposio”, un “contraprograma” en el que se vaya en contra cualquier tipo de mitificación y presentismo. No se trata de ir "contra" el acto o contra la causa que defiende, sino establecer por qué causa luchamos: si por la de la "patria" o por la independencia del trabajo del historiador.

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